jueves, 22 de agosto de 2013

Depresión post-borrachera épica


Apretó los párpados tratando de empujar las lágrimas hacia dentro de sí misma, se negaba el placer de llorar a lágrima viva. Se negaba ese llanto de fracaso, de saberse menos que las expectativas que tenían de ella sus papás, su hermano. Aún ella misma. Era una mujer con sueños demasiado grandes y capacidades limitadas.

Sabía que iba por la vida perdiendo el tiempo en situaciones tan vacías como ella misma, buscando en encuentros fugaces un lugar, un tiempo y una persona que la hicieran sentir completa. Tan vacía ella.


Abrió los ojos para encontrarse frente al televisor apagado. Siempre apagado.

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