jueves, 22 de agosto de 2013

Depresión post-borrachera épica


Apretó los párpados tratando de empujar las lágrimas hacia dentro de sí misma, se negaba el placer de llorar a lágrima viva. Se negaba ese llanto de fracaso, de saberse menos que las expectativas que tenían de ella sus papás, su hermano. Aún ella misma. Era una mujer con sueños demasiado grandes y capacidades limitadas.

Sabía que iba por la vida perdiendo el tiempo en situaciones tan vacías como ella misma, buscando en encuentros fugaces un lugar, un tiempo y una persona que la hicieran sentir completa. Tan vacía ella.


Abrió los ojos para encontrarse frente al televisor apagado. Siempre apagado.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Estudiar Letras, una verdad aplastante


 
ESTUDIAR LETRAS: UNA VERDAD APLASTANTE

El trabajo dignifica al hombre tanto como lo hace el estudio. Aquel hombre que direccione su vida hacia la felicidad ha decidido el camino del estudio y, por tanto, el de la sabiduría.

Ahora bien, si nos situamos en el contexto que nos concierne podremos percibir que, aunque todo estudio dignifica, hay ciertos estudios que valen la pena a medias. Por ejemplo, los estudios universitarios sobre Letras.

Es necesaria la contextualización para entender el siguiente silogismo:
Todo individuo es un engranaje en el sistema económico, por lo que debe producir.
El estudiante de Letras es un individuo.
.:. El estudiante de Letras debe producir.

Desde el modernismo literario –inaugurado por la Revolución industrial-, se ha notado que el arte no cabe dentro del nuevo sistema económico, pues ni el arte ni los estudios sobre ella tienen una función económica. El arte se ha vuelto un capricho de ricos, eso explica que un libro cueste más que una botella de mezcal. Además, el campo de trabajo de un literato suele ser la enseñanza: uno de los diez trabajos peor pagados en México.

Más allá del dinero que, finalmente, es una superficialidad, está el problema general de la enseñanza del arte, explicado en el siguiente silogismo:
El arte no es académico.
Las universidades son académicas.
.:.El arte no puede ser enseñado en la universidad.

Por mucho que en la universidad te manden a leer y a hacer ensayos y a aprehender teoría, el artista es o no es. Si no lo es, no hay nada que la academia pueda hacer, eso sí, puede ampliar el bagaje literario y formar lectores más analíticos.; pero si es artista, la universidad lo llena de dudas sobre el valor de su arte, los aspectos formales y un largo etcétera.

En conclusión, aquel que estudia artes se enfrenta a una verdad inexorable: nunca será un engranaje totalmente adaptado a la maquinaria neoliberal, tendrá que conformarse con trabajos mal pagados y una teorización completa del arte.


Y si ya estudias Letras, recuerda que nunca es tarde para desertar y corregir tu camino.

Firmado por: Una estudiante de quinto semestre de Letras Latinoamericanas.

Libertad de expresión: discurso de antilogía


LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Puedo alzar los ojos y saborear la libertad porque miro una silueta áspera que huele a viejo -evoco el armario de la abuela sintiendo el tacto rugoso de la naftalina húmeda-. El trazo se ve rematado por hojas que anuncian el paso de los tiempos como cortados por una tijera infinita. Saboreo la libertad porque alzo los ojos y miro un árbol y sé que es un árbol y le llamo por su nombre, profundo como las raíces que proclaman sus dimensiones verticales.


Luego la mirada se pone en paralelo al suelo y me veo en un espejo de caras incontables que me dicen que el árbol es árbol porque mi abuelo, mi bisabuelo y el conductor del tren creen lo mismo. Porque el sabor de la libertad se vuelve reminiscencia de ajo en el gusto cuando se nota que la libertad de expresión es un cuento de tontos, locos y sus hijos los políticos. 

Encomio al canibalismo en México


ENCOMIO AL CANIBALISMO EN MÉXICO


"Tupi or not tupi, that is the question"
Oswald Andrade, Manifiesto Antropófago

Civilización y barbarie: tema tocado por todas las artes y todas las disciplinas. Nos sentimos civilizados por tener luz eléctrica, conexiones de internet inalámbricas y bañarnos todos los días. La verdad es que en cada época el hombre es más bárbaro por el simple hecho de querer suprimir las acciones instintivas que nos hicieron sobrevivir desde nuestro surgimiento.

Una de esas acciones que, actualmente, es más repudiada en México -tanto como en casi cualquier lugar del mundo- es el canibalismo.  Todo por el afán humano de superioridad sin considerar perspectivas lógicas y específicas. Estas son: el legado ancestral, la práctica ritual, una cuestión de paladares, una campaña pro-ambiente y una necesidad circunstancial.

Ahora bien, por ejemplo, en la situación hipotética de ser herederos de una biblioteca tan extensa como la de Babilonia, lo más lógico sería protegerla; lo mismo sucede con el canibalismo, actividad practicada en los tiempos prehispánicos. El canibalismo como práctica ritual se efectuaba por todas las esferas sociales: los sacerdotes y las clases privilegiadas disfrutaban del corazón, dejando el resto a las clases media y baja; de esta forma, el espíritu del hombre-alimento pasaba al hombre caníbal: una manera de trascendencia.

El canibalismo y el pozole son elementos diametralmente opuestos para aquellos afortunados que aún sean tan inocentes –o ignorantes, según se vea-  como Adán y Eva pre-serpiente. Algunos antropólogos señalan que en el México prehispánico, la carne humana era el ingrediente clave del pozole. Posteriormente, por culpa de la colonización, la carne humana fue sustituida por cerdo.

Ahora, ¿cómo nosotros, mexicanos, mexicas, aztecas, podríamos tener algún argumento válido en contra de una práctica totalmente aceptada entre nuestros ancestros? Aún más si luchamos por liberarnos del eurocentrismo en general.

Más allá de la cuestión ancestral, apegándonos al proverbio cristiano, hay de todo en la viña del señor, deberíamos entender que en gustos se rompen géneros. Satanizar el canibalismo sería comparable con meter a la cárcel a un sujeto que prefiera el pescado al pollo o al cerdo.

Luego, se ha vuelto obvio que el hombre es la plaga que más fatalmente ha arrasado con la armonía natural de los ecosistemas del mundo, el canibalismo sería una forma de disminuir la contaminación por los cadáveres y el exceso de población.

Concluyendo con una situación extrema, si un hombre no tiene nada que comer y cerca de él hay un cadáver, lo más lógico sería que se alimente de él. El hombre muerto regresa a su calidad animal y no hay más.

En resumen, el canibalismo sólo tiene una desventaja: que el hombre se sienta tan superior y civilizado que le parezca barbárico el hecho de llevar a cabo una acción que los animales –como el león y el tigre- realizan. El canibalismo podría ayudar a disminuir la contaminación, a retomar las costumbres originales de nuestro pueblo y a sobrellevar situaciones difíciles, sólo basta pensar que el espíritu trasciende y el cuerpo muere.
 La carne de humano entonces no se diferenciaría a la de res o conejo.



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¿Es que hay un útero moral
del que se sale forzosamente,
así como del otro?
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José Vasconcelos en El Ulises criollo