martes, 21 de enero de 2014

¿Honestidad en los exámenes?

Yo creo que la honestidad está sobrevalorada. 
Copies o no copies en un examen, cuando salgas de la escuela y dejes de hacer exámenes, te enfrentas a un mundo plagado de corrupción. Y sé que ese no es un argumento válido para copiar –además de que el orgullo también pesa: nadie se quiere sentir un tonto que necesita copiar-, pero es que tampoco me parece válido que estudiemos y memoricemos datos y definiciones que al final del día olvidemos (lo que viene en los exámenes es demasiado como para aprehender todo con un aprendizaje realmente significativo que deje marca en nosotros).

Creo que es importante ser honesto en los exámenes para mantener una buena opinión de nosotros mismos. Si se copia, que sea por antojo y no por necesidad, que sea por sentirnos un poquito rebeldes y no por miedo a reprobar la materia.

Por otro lado, me parece que también debería pensarse una manera de construir exámenes para que contestarlos signifique disfrute. Por ejemplo, los exámenes caseros en los que tengo que ejemplificar cosas me gustan porque es una excusa para releer mis libros favoritos; o los exámenes en los que la información debe ser aplicada, como si se tratara de una práctica del mundo laboral.


Yo creo que la honestidad está sobrevalorada y he copiado en muchos exámenes y un par de veces he tenido que pagar las consecuencias. No por eso me siento menos inteligente o preparada, sólo han sido pequeñas facilidades para sortear materias aburridas o evitar memorizar información que no me interesa.

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